Migramos
Hasta aquí hemos llegado con Blogspot. El periódico La Opinión de Tenerife se ha brindado a alojar mi blog en su cadena de blogs por lo que a partir de hoy La Misteriosa Isla de San Barandán migra a http://sanbarandan.laopinion.es
Medio Ambiente, ecología, biodiversidad, bosques, estudios, periodismo ambiental, reciclaje, sostenibilidad, alimentación natural...
Hasta aquí hemos llegado con Blogspot. El periódico La Opinión de Tenerife se ha brindado a alojar mi blog en su cadena de blogs por lo que a partir de hoy La Misteriosa Isla de San Barandán migra a http://sanbarandan.laopinion.es
Hace ya un mes que visité la Expo de Zaragoza. Como no necesitaba escribir para ningún trabajo se me ha pasado el tiempo sin hacerlo. Algunos amigos me han preguntado qué me ha parecido este acontecimiento multitudinario que es "la gran fiesta del agua en la tierra". Iré poniendo algunos de mis apuntes aquí.
Algunos pabellones, ya me lo habían advertido, son simples stands de ferias turísticas. Algunos "souvenir" y poco más. Otros están mucho más pensados como el de Thailandia, Libia o Alemania.
En Thailandia me llamó mucho la atención la producción de hierba vetiver. Un ¿forraje? que frena la desertificación dada su fisiología de raíces y tallos. Además el producto obtenido sirve para diferentes usos. El pabellón de este país está fabricado completamente con esta hierba. Prometo escribir más.
En Libia me llamó la atención el gran proyecto monumental de un río artificial que han hecho para hacer llegar agua a zonas verdaderamente paupérrimas.
Pero sin duda, el pabellón más completo es el de Alemania. Es una gozada ver cómo existe una política del reciclaje del agua en Alemania, y cómo se aprovechan las aguas de desague para fines como limpieza, riegos etc...
A partir de mañana comenzaré a plasmar aquí mis "percepciones" Expo. Aunque sólo quede un mes.
Etiquetas: Acontecimientos
Llueve en Tenerife, en pleno agosto. Ayer [13] y hoy [14] ha amaneceido con precipitaciones, al menos en la vertiente norte de la isla. Otro signo más de que algo está cambiando. Este verano está siendo bastante suave en la isla, nada que ver con las dos semanas de agobiante calor de julio del año pasado. Esta ligera lluvia (no sé exacamente cuánto se ha recogido) da una tregua a los posibles incendios y mejora la situación de los regadíos, los cuales se podrán ahorrar algunas horas de agua.
Sin embargo, los calendarios meteorológicos nos indican que también en agosto en los años 2004 y 2005 hubo dos días en los que se recogieron precipitaciones superiores a 1mm (o sea, a más de un litro por metro cuadrado), no así en agosto de 2006 cuando no llovió ni un solo día, así que no es tan extraño que ayer y hoy hayan caído algunas gotas.
Según el foro de la Asociación Canaria de Aficionados a la Meteorología http://meteo.viajesinsular.es en algunas zonas se recogieron hasta 8.4 mm, lo cual, para ser agosto no está nada mal.
Etiquetas: Cambio Climático, Meteorología
Etiquetas: Contaminación, Reciclaje
Etiquetas: Concienciación medioambiental
Etiquetas: Desarrollismo y especulación
En un lugar como Canarias, en el que la principal industria es el turismo, los gobernantes de turno deberían tener, como prioridad, el control medioambiental a las empresas relacionadas con la hostelería, por donde pasan, consumen, generan basura, miles de personas al año. Y si por casualidad éste ya existiera, tendría que ser reforzado duramente. Sin miramientos. Los hoteles, sobre todo, son establecimientos en los que día tras día se consumen cantidades ingentes de energía, de agua, se vierten residuos de manera indiscriminada y se actúa de forma irresponsable con la naturaleza y el entorno.
Todo ello pese a que en muchos establecimientos existen unos ‘pequeños’ cartelitos en los que se conmina al huésped a ser respetuoso con el consumo de agua y con el uso de sus toallas. Habría que analizar si es verdad que los turistas, advertidos por esos minúsculos afiches son consecuentes con lo que en ellos se avisa.
Pero vamos a ser más concretos. Hace poco tuve que pasar una noche en un hotel de San Sebastián de La Gomera. El clima en la capital de la isla era estupendo. El atardecer se mostraba apacible y abrí el gran ventanal de mi habitación, que daba a un espléndido jardín público. Pasados algunos minutos advertí que la pieza se había llenado de molestos mosquitos. Me vi obligado a cerrar la ventana. A medida que entraba la noche, el calor aumentó considerablemente y tuve que conectar el aire acondicionado.
Me pregunto si la simple instalación de ventanas mosquiteras, que permitieran el paso del aire y no de los insectos, no reduciría el gasto de energía que conlleva ocho o diez horas seguidas de refrigeración artificial. Pero la pregunta que más me inquieta es la relacionada con la conciencia medioambiental de los administradores de esa instalación, ¿serán conscientes del atentado ecológico que supone tener encendido el aire acondicionado, cuando realmente no se necesita, en muchas habitaciones al mismo tiempo?
Algunos problemas son sencillos de resolver si se pone la intención. Pero es mucho más sencillo pulsar un botón para ofrecer comodidad. En Canarias, más que en cualquier otro lado (dependemos un 99% de combustibles fósiles) estas irresponsabilidades energéticas deberían castigarse duramente.
La solución no pasa por poner más fuentes de creación de energía, ni más torres, ni más cables, ni dar más suministro a las zonas turísticas, sino por potenciar la educación ambiental y la eficiencia energética (incluyendo en estos programas a los turistas, pero también a los empresarios, arquitectos, etc). El que no aprenda, o el que no sea eficiente en su gestión, deberá pagar. Sin miramientos. Si no, no habrá manera.
Etiquetas: Concienciación medioambiental
De todos es sabido que la educación es fundamental. Ésta es una frase de Perogrullo. Pero, por lo que parece, pocas personas saben que, hoy por hoy, la educación medioambiental además de ser fundamental es imprescindible. A los destrozos ecológicos que el hombre ha venido infligiendo al Planeta por siglos se une, ahora, la estrechez de miras de las clases dirigentes. Y no será porque no se diga.
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha gastado la friolera de 580.000 euros en comprar 30.000 copias de la película de Al Gore para repartirlas por los colegios de España. Sin embargo, una emisora de radio de cobertura nacional asegura que tres comunidades autónomas se han negado ha recibir estas copias.
El País Vasco ha aducido que ese documental no está doblado al euskera, y Castilla y León y Canarias, según se dice en la página web de esa emisora, “no han aducido ningún motivo para este rechazo”. Los niños del País Vasco no entenderán jamás las cosas que no se digan en vasco, porque así lo han decidido sus políticos. No tendrán derecho a conocer nada que no sea explicado en su lengua, aunque conozcan a la perfección otras, dígase el español, el francés, o el finés. Esto se llama estrechez de miras, emanada de un sentimiento ombliguista y retrógrado. Se podría sacar la conclusión que todo lo que no se explica en vasco no contribuye a la formación de los niños de esa comunidad, o sea, no existe para los vascos.
En Castilla León la situación es más agravante aún: los niños y las niñas de Salamanca, de Ávila o de Zamora, o del resto de las provincias de esta comunidad, tampoco verán ese reportaje (y no porque no sepan español o inglés) no les servirá como material didáctico que les de pie a hablar sobre la salud del planeta, sobre las actitudes humanas, o sobre la gestión medioambiental de sus gobiernos locales. ¿La causa? Una de dos: o silencio administrativo o la entidad responsable de ese Gobierno autonómico considera que no es relevante este material, o ese tema, para la educación de sus futuros ciudadanos. Seguramente alguien ha pensado que en Valladolid no existe, ni existirá, el cambio climático.
Pero, ¿y en Canarias? ¿Porqué se rehúsa este material educacional en una comunidad en la que el 42% del espacio está protegido, donde existe una isla que pretende ser cien por cien sostenible, y en la que el recién formado Gobierno autonómico ha creado una Agencia del Cambio Climático? ¿Será todo esto pura fachada? Puede ser, viendo la importancia que se concede a un tema tan sensible como la educación medioambiental en los colegios. ¿Lo saben todo ya los niños canarios sobre el efecto invernadero? ¿tienen ya todos los materiales necesarios y no necesitan nada más que apoye su formación? ¿Se habrá olvidado el funcionario correspondiente de cursar la solicitud de las copias que le correspondían a los centros educativos de las islas? ¿O es que pretende el Gobierno de Paulino Rivero que doblen el documental ‘al guanche’? De nuevo tendremos que afirmar: estrechez de miras.
Etiquetas: Cambio Climático, Concienciación medioambiental
Son las preferidas de los futbolistas. No se trata de modelos top ni de vedettes infladas por la maestría de los cirujanos, sino de los vehículos 4x4. Los jugadores de fútbol no encarnan, precisamente, la imagen de árbitros del buen gusto, pero sí puede considerárselos un eficaz termómetro para medir la fuerza de este fenómeno que ha introducido en el paisaje urbano un artefacto que, en principio, fue pensado para ser usado en el medio rural.
Cuando la industria automotriz parecía entrar en razones por la fuerza de los hechos, al fabricar unidades cada vez más chicas, surgió en los últimos años esta contrarreforma que impuso la moda de la sobredimensión y el alto consumo de combustibles. Contra la proliferación de estos verdaderos tanques para uso civil, ha surgido un movimiento que, especialmente en Europa, empieza a tomarlos por un enemigo real del mundo civilizado y el medio ambiente.
Las camionetas todo terreno son consideradas por estos activistas como "el vector psicológico de una cierta forma de potencia machista". Sostienen que, como con todos los objetos de consumo, la publicidad busca convencer al comprador de que, con la adquisición, ha aumentado su importancia como persona. Mezclando al ser y el haber, sus usuarios caen presa del mito del macho dominante y su fortaleza por encima del resto, de los débiles.
El lema de los movimientos anti 4x4 es "Not safe, not clean, not cool" ("ni seguro, ni limpio, ni canchero") y proponen, como mínimo, que se les cobre más impuestos y precios más caros en los estacionamientos. Los más radicales abogan por su prohibición lisa y llana en las zonas urbanas de alta población. Su activismo no vive de las fotos en los diarios, ya que confían en los actos individuales. Por eso, distribuyen unas falsas tarjetas de estacionamiento, donde constan todas las características medioambientales que repudian, para poner en los parabrisas de estas camionetas.
La agresividad de los conductores de las 4x4 tiene su reflejo, sostienen sus enemigos, en los estados importadores de petróleo, que se afirman entonces en sus actitudes neocoloniales con tal de mantener el suministro a estos vampiros insaciables de nafta. Ha llegado la hora de responsabilizar los dueños de las todo terreno por todas las muertes de los últimos años en Irak. El homo-automobilis cree en un "mito de la seguridad" que los anti 4x4 juzgan completamente falso y contraproducente. Citan entonces un estudio del British Medical Journal que descubrió que los conductores de 4x4 son cuatro veces más propensos a usar el celular mientras manejan y a no llevar puesto el cinturón de seguridad.
El error de creerse más a salvo que en un auto normal los lleva a comportarse de manera más riesgosa. La típica escena de la madre cargando o descargando a sus hijos de una enorme camioneta en la puerta del colegio mereció una reflexión del inefable alcalde de Londres, Ken Livingstone: "Cuando ves a alguien intentando maniobrar con uno de estos vehículos cerca de la entrada de la escuela no puedes pensar sino que se trata de un completo idiota". Entre las diez razones que esgrimen los anti 4x4, la primera es: "Usted no es un granjero", para marcar el error urbanístico que implica el uso de algo que no se adapta a la ciudad. Pero la presión del aparato publicitario es tan fuerte que sólo les queda confiar en la fuerza del individuo, que no está dada en nuestros días tanto por lo que compra, sino más bien, por lo que se resiste a comprar.
Fuente:
Bernardo Sagastume
Agencia MP
http://www.agenciamp.com.ar/
Etiquetas: Concienciación medioambiental, Contaminación
Ecologistas en Acción ha publicado recientemente un completo estudio en el que se pone de manifiesto que los vehículos todo terreno no obedecen a criterios de sostenibilidad. Es decir, que los jeep, los 4x4, las ‘camionetas’ como dicen los venezolanos, son una grave amenaza para el medio ambiente, porque cada vez son más habituales en los entornos urbanos y la cantidad de residuos y emisiones que generan son superiores a los del resto de vehículos.
Otra vez la reacción a un problema antiguo llega tarde. Cada día se venden en España miles de automóviles de esta categoría, y la publicidad que se hace de ellos se basa en identificar a los propietarios de estas grandes naves con ruedas como individuos o individuas relacionados y cercanos a espacios naturales, aventureros modernos, gente que busca paisajes y parajes inhóspitos donde alejarse de la urbe y su ‘pérfidas’ circunstancias. Pero, qué paradoja, la ecuación arroja un resultado inesperado: el usuario habitual de los todo terreno (en las ciudades) suele ser un tipo de alto poder adquisitivo, urbano, que apenas sale del límite de su ciudad, y que se ‘ensucia’ más bien poco con el barro de los caminos rurales.
Y ahí es donde radica el verdadero problema. El dilema no está en decir que estos coches son perjudiciales para la salud del Planeta, sino en pensar que es su uso el que está mal reglado. De ser utilitarios, necesarios para trabajar en zonas rurales (aún se venden los Land Rover Santana, muy adecuados en el campo) se han convertido en auténticos bienes de consumo de gran lujo, y su uso, inconsciente y egoísta, llena las ciudades de humo, el aire de emisiones negativas, porque pesan más y porque son mucho más potentes.
La solución es complicada. Un impuesto extra, como se prevé colocar poco o nada hará para que se reduzca la venta de este tipo de autos. Quien pueda gastarse 30 o 35 mil euros en un 4x4, ¿se parará en ciernes a pensar que algunos cientos de euros más al año limitarán “el gusto que siente al conducirlo”? Se supone que no. Deben ser los ayuntamientos los que limiten su uso en los recintos urbanos: “En esta ciudad no pueden circular 4x4, no hay baches suficientes”, sería un buen eslogan. ¿Les parece descabellado? O acaso, ¿pueden navegar los trasatlánticos por las piscinas?
Etiquetas: Concienciación medioambiental, Contaminación
Alarmante. Cada año, en España, se usan más de diez millones y medio de bolsas de plástico no reutilizables. Más alarmante aún: después de su uso, que puede ser efímero, moderado o intensivo, ¿qué ocurre con ese material? Pues sólo una de cada diez de ellas irá a parar al contenedor amarillo, es decir, se reutilizará como materia prima. ¿El resto? al vertedero, a los barrancos, al río o al mar.
La utilización de bolsas reutilizables es tan antigua como nuestra civilización. Ya los primeros homínidos fabricaban con pieles zurrones en los que guardaban su comida. En otros tiempos más cercanos, nuestras abuelas tenían colgada detrás de la puerta una talega de tela con la que se iba a comprar el pan, cada día. El uso de aquella alforja carismática nunca afectó al sabor del pan. Entonces, ¿por qué hemos abandonado esa sostenible actitud en favor de llenar los basureros de materiales enormemente contaminantes? Hoy hacemos dispendio de envases, nos ofrecen bolsas en cada comercio para cada producto, incluso aquellos que nos caben en el bolsillo, y los aceptamos de buen grado, sin pensar siquiera en que no los necesitamos y que al aceptarlos estamos contribuyendo a contaminar un poco más el Planeta.
¿Cuál es la solución a este espantoso problema? Pues sin duda el de gravar el consumo de este tipo de productos. Sólo cuando nos duela el bolsillo seremos capaces de pensar en lo que realmente precisamos y en lo que no. Según un periódico de tirada nacional, Irlanda, en 2002, impuso una tasa de 0,15 euros por bolsa. A día de hoy en ese país (isla, como las nuestras) el uso de bolsas no reutilizables se ha reducido más de un 90%.
Más de 150 años tarda un plástico en desaparecer si es vertido al medio. Mientras, en su camino hacia la desaparición, puede desempeñar peligrosas ‘ruindades’: servir de caldo de cultivo para mosquitos de la malaria, enmallar tortugas, obstaculizar el tracto digestivo de delfines y ballenas, obstaculizar salidas de agua… en fin, ensuciar. Y todo ello sin contar lo que ha costado antes de nacer: kilos de petróleo y de gas, emisiones de CO2…
Hace algunos años, una simple bolsa de plástico era un producto atípico, raro, cuya reutilización se prolongaba hasta que se rompía. Ahora, se han convertido en bienes sin valor para el consumidor (el fatídico usar y tirar), pero que ‘cuestan’ mucho al medio ambiente. Por ello, y repetimos casi con certeza, la única manera de hacer ver que cada día clavamos un puñal envenenado al ecosistema será penar con dinero cada acción contaminante, cada mal gesto para el medio ambiente: que duela en los bolsillos, que afecte a la economía familiar (hoy en día ésta pesa más que los sentimientos, que el sentido común) y a partir de ahí se podrá empezar a hablar de concienciación, o no.
Etiquetas: Concienciación medioambiental, Reciclaje
Vamos a hacer los propósitos de año nuevo, vida nueva. Como hacemos cada año que empieza. Pongamos sobre la mesa las cosas que prometeremos en este comienzo de año, inflándonos como pavos, y que no vamos a cumplir, más que nada porque somos de naturaleza inconstante, y porque antes de llegar a los carnavales ya habremos olvidado.
Pero, hagámoslo, presumamos de formales, comprometámonos con nosotros mismos y con esta pelota (o planeta) azul suspendida en el espacio negro, aislada del resto del universo, perdida en la inmensidad del espacio.
Primer propósito. A partir de hoy, a separar las basuras. Cada desecho en su cubito, en su bolsa, para llevarlas por separado a los contenedores que están ahí, un poco más allá del portal, en la esquina. Vamos a hacer un pequeño esfuerzo por no tirar al contenedor verde los periódicos, los plásticos o los vidrios. Un sencillo paso ahorrará, a la larga, la tala de millones de árboles en el mundo, al extracción de miles de materias primas y la quema de toneladas de combustibles fósiles para su producción. Además, dejemos de tirar por el retrete el papel higiénico, usemos la papelera (¿Sabemos todos lo que es una papelera? ¿Quién ha sido el lumbrera que nos ha explicado que el papel se desintegra cuando desaparece por el retrete?)
Segundo propósito. Ahora que hemos descubierto que existe el transporte público, podremos dejar aparcado el coche si sólo vamos a recorrer un par de calles, ahorraremos en gasolina y en mala leche. No obstante, todos sabemos que este intento tendrá los días contados, porque el ser humano gusta de sufrir en la carretera y si no maldice cada día por la ventanilla tres o cuatro veces pierde el sueño y las ganas de vivir.
Tercer propósito. Desde enero de 2008 apagaremos la luz cuando salgamos de las habitaciones, en invierno bajaremos dos grados la calefacción (el que la use), y en verano subiremos uno el aire acondicionado. No dejaremos la plancha enchufada mientras nos tomamos un cortado en la cocina y, ¡por Dios!, no pondremos la secadora aquellos días en los que las piedras se derriten del sol que luce en estas islas desafortunadas.
Cuarto propósito. Pensar en que con cada acción irrespetuosa con el medio ambiente podemos perjudicar a miles de personas y animales en otra parte del mundo, que con cada gesto irresponsable hacemos este planeta un erial insufrible, donde, sin remedio, tendrán que malvivir nuestros hijos.
Quinto propósito. Dejar de ser absolutamente necios. Se que costará, sobre todo este último. Pero la intención es buena. A ver cuánto duramos.
Etiquetas: Cambio Climático, Concienciación medioambiental