Estrechez de miras
De todos es sabido que la educación es fundamental. Ésta es una frase de Perogrullo. Pero, por lo que parece, pocas personas saben que, hoy por hoy, la educación medioambiental además de ser fundamental es imprescindible. A los destrozos ecológicos que el hombre ha venido infligiendo al Planeta por siglos se une, ahora, la estrechez de miras de las clases dirigentes. Y no será porque no se diga.
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha gastado la friolera de 580.000 euros en comprar 30.000 copias de la película de Al Gore para repartirlas por los colegios de España. Sin embargo, una emisora de radio de cobertura nacional asegura que tres comunidades autónomas se han negado ha recibir estas copias.
El País Vasco ha aducido que ese documental no está doblado al euskera, y Castilla y León y Canarias, según se dice en la página web de esa emisora, “no han aducido ningún motivo para este rechazo”. Los niños del País Vasco no entenderán jamás las cosas que no se digan en vasco, porque así lo han decidido sus políticos. No tendrán derecho a conocer nada que no sea explicado en su lengua, aunque conozcan a la perfección otras, dígase el español, el francés, o el finés. Esto se llama estrechez de miras, emanada de un sentimiento ombliguista y retrógrado. Se podría sacar la conclusión que todo lo que no se explica en vasco no contribuye a la formación de los niños de esa comunidad, o sea, no existe para los vascos.
En Castilla León la situación es más agravante aún: los niños y las niñas de Salamanca, de Ávila o de Zamora, o del resto de las provincias de esta comunidad, tampoco verán ese reportaje (y no porque no sepan español o inglés) no les servirá como material didáctico que les de pie a hablar sobre la salud del planeta, sobre las actitudes humanas, o sobre la gestión medioambiental de sus gobiernos locales. ¿La causa? Una de dos: o silencio administrativo o la entidad responsable de ese Gobierno autonómico considera que no es relevante este material, o ese tema, para la educación de sus futuros ciudadanos. Seguramente alguien ha pensado que en Valladolid no existe, ni existirá, el cambio climático.
Pero, ¿y en Canarias? ¿Porqué se rehúsa este material educacional en una comunidad en la que el 42% del espacio está protegido, donde existe una isla que pretende ser cien por cien sostenible, y en la que el recién formado Gobierno autonómico ha creado una Agencia del Cambio Climático? ¿Será todo esto pura fachada? Puede ser, viendo la importancia que se concede a un tema tan sensible como la educación medioambiental en los colegios. ¿Lo saben todo ya los niños canarios sobre el efecto invernadero? ¿tienen ya todos los materiales necesarios y no necesitan nada más que apoye su formación? ¿Se habrá olvidado el funcionario correspondiente de cursar la solicitud de las copias que le correspondían a los centros educativos de las islas? ¿O es que pretende el Gobierno de Paulino Rivero que doblen el documental ‘al guanche’? De nuevo tendremos que afirmar: estrechez de miras.