17 abril, 2008

El Día de la Tierra


ACTOS DÍA DE LA TIERRA. MADRID, 20 de abril:

REPARTO DE SEMILLAS ECOLÓGICAS-Plaza Tirso de Molina, a las 11:00
MANIFESTACIÓN POR EL CLIMA - Plaza Jacinto Benavente, a las 12:00

Jóvenes Verdes, previamente a la manifestación, realizará una acción a las 11:00 en la plaza Tirso de Molina. La acción llevará por lema: “PLANTA UNA SEMILLA, CULTIVA TU CORAZÓN”. Miembros de Jóvenes Verdes regalarán semillas ecológicas a los transeúntes para que puedan iniciarse en el huerto urbano. Las semillas se acomp añarán de poemas 'verdes', con el objetivo de incitar a la reflexión sobre nuestra relación con la Tierra. Esta iniciativa que combinará ecología y arte se enmarca en el proyecto "Ecopoética " de la asociación juvenil. Al mismo tiempo, Jóvenes Verdes animará a las y los jóvenes a sumarse a la manifestación del Día de la Tierra.

A las 12:00 tendrá lugar esta manifestación por el Clima, organizada por una plataforma que agrupa a las principales organizaciones ecologistas, entre las que se encuentra Jóvenes Verdes y que este año lleva por lema: “FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO, MENOS CO2”. Jóvenes Verdes hace un llamamiento a la juventud para que sea capaz de estar a la altura de un compromiso cívico tan grande como es el de defender nuestro futuro, robado por aquéllos que día a día inconscientemente prolongan un modelo de desarrollo que nos lleva a un precipicio.
Desde Jóvenes Verdes nos oponemos al productivismo causante no sólo del gran volumen de emisiones de CO2, sino también de graves desequilibrios sociales. Es necesario un decrecimiento de nuestra huella ecológica, lo que pasa por cambios radicales de nuestros modos de vida y por unas políticas valientes en temas de energía, transporte, urbanismo y redistribución de la riqueza.

Jóvenes Verdes llevará una pancarta con el lema: “Miles de manos para salvar la Tierra”. Durante la acción de la Plaza Tirso de Molina, los más jóvenes podrán colaborar con nosotros estampando sus manos en un acto simbólico para defender la Tierra.

16 abril, 2008

El aparcamiento

Tarde o temprano las islas, primero las mayores y luego el resto, se convertirán en algo parecido a los aparcamientos de un centro comercial, es decir: asfalto, rayas en el suelo, túneles, más asfalto y en una esquina unas jardineras que equivaldrán a los espacios naturales protegidos. No habrá remedio, porque aún los que gobiernan en estos lugares siguen pensando, como una vez le oímos decir al catedrático de la ULL Alberto Brito, que el desarrollo sostenible es sostener el nivel de desarrollo (o el desarrollismo), o lo que es lo mismo, no reducir los presupuestos en edificaciones, carreteras, obras civiles, puertos, pistas de aeropuertos, etcétera.

Hace algunas semanas, Diario de Avisos publicaba que una empresa auditora alemana ha asegurado que “existe viabilidad en construir un túnel que una los valles de Güímar y La Orotava”. De locos. No se nos escapa que esa infraestructura ‘ideal’ facilitaría las conexiones, aliviará las autopistas, y regularía otras tantas carreteras, pero ¿a costa de qué? ¿de horadar media Isla? Lo que sí se escapa del entendimiento de los proyectistas y de los políticos es que vivimos en un lugar pequeño, de características únicas por su geología, morfología y valor ambiental y que cada día, con este tipo de acciones, se hace una muesca que hiere estas peculiaridades. El alcalde de La Orotava asegura, contra viento y marea, que el desarrollo de la sociedad pasa por ahí, por asfaltar, atesar y construir, que de lo contrario la economía isleña acabará por sucumbir. Existen, sin embargo, muchas opiniones de lo contrario. Entre ellas la que dice que el turismo, principal fuente de ingresos de Canarias, no se desplaza hasta un archipiélago a muchos kilómetros de la metrópoli para llegar en cinco minutos del Puerto de la Cruz a Güímar.

La única solución pasa por la regulación, y no por el crecimiento ‘insostenible’. Es inviable que existan tantos coches, tantas carreteras, pistas, caminos, aparcamientos, autopistas, anillos insulares… en las islas. Cuantas más infraestructuras se construyan más vehículos habrá, más contaminación, menos espacio, y se necesitarán más carreteras, más túneles. Es una pescadilla que se muerde la cola (o el rabo como se dice aquí). Tarde se entenderá que las islas no son territorios continuos y que debido a ello soportan un desarrollo limitado. ¿Dónde y cuándo colocarán nuestros gobernantes ese límite? Suponemos que cuando se empiece a avistar el aparcamiento, o el centro comercial.